jueves, 9 de mayo de 2013

Historias de PYMES de “andar por casa” capítulo I. El primer trimestre.



Tuve el gran privilegio de ser observador de una estructura empresarial que, aunque homogénea, por desgracia despareció… Las compañías requieren una organización para su supervivencia. Contamos con medios complejos que nos ayudan a materializar las organizaciones que necesitamos y valoramos. Las empresas primitivas no cuentas con los medios a su disposición y se expresan mediante acciones pasajeras.

No te has dado cuenta pero el primer trimestre acabó en 31 de marzo. A pesar de que el hecho cronológico es una obviedad (estamos casi a mediados de mayo), en tu empresa no os habéis enterado. Ahora es cuando te empiezas a poner nervioso por aquello de si has olvidado alguna fecha de las llamadas “fiscales”. Eso no lo sé, pregunta en tu área fiscal o a tu asesor. Mi referencia al final del primer trimestre tiene otras connotaciones.
Tú empresa se encuentra en uno de los siguientes supuestos:
1)      El 31 de marzo, mes arriba o abajo igual me da, celebrasteis que habías concluido vuestras previsiones y presupuestos para el año 2013.
2)      El 31 de marzo, mes arriba o abajo igual me da, estabais lamentándoos de los pésimos resultados del año 2012. No porque seáis unos lloricas y os paséis un trimestre como plañideras, ¡no! Es que el 31 de marzo, mes arriba o abajo igual me da, habéis sido capaces de cerrar los resultados del año anterior.
3)      Al día siguiente del 31 de marzo, 1 de abril para que no te pierdas, comenzáis a cerrar resultados del primer trimestre del 2013.
4)      Ninguno de los anteriores. Si te pica la curiosidad, sigue leyendo.
De momento, si estas en alguno de los tres primeros casos; me da igual si eres el presidente, consejero, director o el último becario. No estás preparado para trabajar en una compañía del siglo XXI.
Si, aunque lo dudo, estás en el cuarto caso; me da igual si eres el presidente, consejero, director o el último becario es muy posible que no estés preparado para trabajar en una compañía del siglo XXI.
Ante estos supuestos, tu reacción puede ser diversa; pero me inclino por alguna de las siguientes:
1)      Estas levantando el teléfono, llamando a no sé quién, para preguntar si tenéis previsiones y presupuestos. Me da igual si eres el presidente, consejero, director o el último becario. No estás preparado para trabajar en una compañía del siglo XXI.
2)      Estás levantando el teléfono, llamando a tu director financiero, para preguntar por las previsiones y presupuestos. Al mismo tiempo, si eres su superior, pedirás explicaciones sobre el retraso o por la deficiencia de los datos suministrados. Me da igual si eres el presidente, consejero, director o el último becario. No estás preparado para trabajar en una compañía del siglo XXI.
3)      Te sientes complacido porque hace unos días habéis tenido una reunión de seguimiento para analizar los resultados del primer trimestre, que habíais empezado a cerrar el 1 de abril. Me da igual si eres el presidente, consejero, director o el último becario. No estás preparado para trabajar en una compañía del siglo XXI.
4)      Ninguno de los anteriores. Me da igual si eres el presidente, consejero, director o el último becario es muy posible que no estés preparado para trabajar en una compañía del siglo XXI.
Tú piensas que la construcción de las previsiones y los presupuestos para cada periodo suele partir de un ejercicio en el que se pretende adivinar el futuro. Ambos parten de una sucesión de suposiciones basadas en el ciclo económico, en las comparaciones, en la situación interna, etc.  En definitiva no crees en la utilidad de algo que tiene que ver con algo similar a las artes adivinatorias.
Estaría de acuerdo contigo si pensara igual que tú, el problema es que no pienso igual que tú.
No se trata de que produzcas previsiones sin ton ni son, sino dedicar el tiempo al análisis y sobre todo a la toma de decisiones que se concretan en los planes presupuestarios.
En un momento  en el que la necesidad de precisión, perspectiva y agilidad en la previsión es mayor que nunca, es cuando se presentan más deficiencias en el ámbito de la previsión.  Así te va en la “feria”.
Está claro que es necesaria una buena integración de los sistemas de información y de las técnicas de análisis.  Tú utilizas muchos recursos en producir información y no en analizarla y, así, utilizarla para la toma de decisiones. Eso es que has leído mucho sobre el Bussines inteligencie o el big data cuando no te toca, todavía.
Las previsiones y presupuestos que haces (si los haces) son interpretados pensando en lo que esperas y les aplicas muy pocas condiciones variables (no suele gustarte lo que puede cambiar sin tu permiso). Es por ello que, los presupuestos y sus recursos asociados, que se basan en las previsiones, tienen que ser adaptados en más ocasiones de las que sería deseable. ¡Actualízate al siglo XXI!
Pero la realidad es que las compañías, como la tuya y a pesar tuyo, necesitan desarrollar unas previsiones precisas, acompañadas de su plasmación presupuestaria y los planes de acción asociados.
En un entorno económico que ofrece una posibilidad limitada al crecimiento de los ingresos, las tareas en las previsiones y presupuestos  se  centran  en  actividades  que  ayudan a las compañías  a gestionar  los  resultados  finales. Deberías centrarte más en aumentar  los beneficios netos que los ingresos brutos (lo primero es sobrevivir). Dedicar más tiempo en la reducción de costos, la gestión de la productividad y competitividad y el análisis de la rentabilidad. Pero para eso tienes que hacer buenas previsiones y presupuesto en tiempo y forma para, luego, seguir sus resultados mes a mes y, otra vez, en tiempo y forma.
Contrariamente a lo habitual, las previsiones no son sólo una cuestión  financiera, sino que es algo que concierne  a todas  las áreas de la compañía. Ese es otro de tus grandes errores, la compañía sois todos y todas las áreas tienen su representación y responsabilidad. En cualquier caso, te admito que “utilices” al financiero, controller o similar para consolidar toda la información. Pero recuerda, es un ejercicio para toda la compañía. En las organizaciones del siglo XXI es imprescindible que estos procesos de elaboración y seguimiento sean participativo, en cascada, porque será la única forma de que todo el equipo de la empresa conozca y asuma los objetivos y las acciones para lograrlos.
Recuerda, esto solo es el principio de todo lo que te voy a decir.