jueves, 29 de agosto de 2013

Agujeros vacacionales




¡No me puedo ir, ni de vacaciones! Escuchando esta frase puedo pensar en varios motivos que llevarían a un directivo a pronunciarla. Cualquiera de ellos pueden ser por sí mismos la causa de sorpresa cuando ese directivo se reincorpora a su trabajo después de unas inmerecidas vacaciones. Un buen directivo, esto es, que sabe lo que tiene entre las manos y lo gestiona bien; debería manifestar ¡Estoy pensando en irme, otra vez, de vacaciones!